Desde un corazón escuchante: María Regueiro Mira

Esta entrada ha sido escrita por María Regueiro Mira.

Me horroriza hablar en público. La sensación unos días antes y una vez que subo al estrado. Lo comparo con una caja de cristal, donde se acumulan las palabras como si fueran mariposas deseando salir,  pero cuando salen de mi boca, se convierten en hojas mustias que en vez de volar hacia los que me escuchan, caen al suelo sin hacer efecto. Parece que estoy en trance, no registro el ambiente ni a los que escuchan.

Yo esperaba técnicas para hacerlo mejor y dejar de sentir pánico. Me encontré con que hay pocas técnicas, y la mayoría poco efectivas por sí solas.

Lo único seguro es que seguiré pasándolo mal cuando tenga que exponer en público. Y que está bien que sea así.  He descubierto que les pasa a todos en mayor o menor medida. Somos humanos, nos llevan las emociones, nos preocupa el qué dirán. Sin emociones seríamos máquinas. Y el miedo es una emoción.

En mi curso coincidí con compañeros y compañeras del hospital a los que creía expertos hablando en público,  me sorprendió oír que les pasa lo mismo que a mí. Y sin embargo, son brillantes oradores.

Del curso me llevé como mantra que los oyentes son mis cómplices. No quieren que lo pase mal. Quieren verme disfrutar hablando en público para ellos.  Porque cuando un conferenciante lo pasa bien, el público disfruta de la charla.

Muchas gracias por esas pequeñas grandes ideas, Marcelo.

Saludos,

María V. Regueiro Mira
Médico Residente
Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública
Complexo Hospitalario Universitario A Coruña

Aprovechando el artículo de María la semana que viene publicaré algunas reflexiones. Muchas gracias María.

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